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martes, 29 de julio de 2014

Sheik Uman Khan

El nombre de un gran ser humano, dedicado a los demás, conocido y querido en su país, por su dedicación y trabajo al conocimiento e investigación, de un virus que le  ha costado su  propia vida. Vivía y trabajaba en Sierra Leona, medico de vocación de los auténticos, los que luchan por salvar vidas sin importarles el agotamiento, porque no tienen tiempo que perder. No le dedicarán muchas portadas a nivel internacional. Hay temas demasiado importantes para que la prensa les dedique espacio, por eso el reconocimiento a un periódico español que si lo ha hecho. Descansa ya en paz, mientras el ébola sigue avanzando.

El mismo reconocimiento a los médicos y personal sanitario que atienden en condiciones precarias y sin apenas medicamentos básicos, ni  luz y agua, a los miles de heridos en Gaza. Esos profesionales entregados día y noche que saben que si paran, las vidas de algunos heridos se escapan de sus manos. Manos que curan con más cariño que recursos, que están ahí, como el doctor Mads Gilbert , medico noruego que invita al Presidente Obama a pasar una noche en Gaza. Y otros tantos que no conocemos su nombre pero que dignifican la medicina.

Médicos de Hospitales Públicos en España, que ven las urgencias colapsadas y dan lo mejor y mucho más de ellos mismos, trabajando bajo presión y sin camas. Aquí faltan camas. Están en plantas cerradas y desocupadas. Los enfermos en pasillos y sumando día a día el poder ocupar una cama en planta de cualquier hospital público, donde se hace más patente en Cataluña.

Un enfermo o herido este donde este, necesita "unas manos y un corazón”. Y quienes decidieron optar por la medicina pública o de servicio a los demás, tienen esas dos cosas. Les recortaran medios, les intimidaran, se enfrentaran a dificultades diversas, pero cuando están atendiendo ven un ser humano que les necesita y eso dignifica la profesión. Gracias a todos ellos, estén donde estén. Gracias.


tumejordiaeshoy





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