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viernes, 7 de febrero de 2014

MORIR EN EL MAR

La muerte es lo único seguro que tenemos en nuestras vidas. No sabemos ni donde, ni cuando, pero ahí está. Puede ser una muerte tranquila y serena, después de toda una lucha y proceso de una enfermedad, o puede ser inmediata, en caso de accidente. Pero no podemos imaginarnos como es morir en medio del mar, nadando o agarrado a un flotador. Las aguas frías y la desesperación de quien se lanzó a ellas. Qué minutos vivirían antes de morir. El mar siempre devuelve a sus muertos. Hoy se han encontrado otros cuatro cadáveres de seres humanos, que solo buscaban llegar  a una tierra mejor, huyendo de no sabemos qué. En realidad no sabemos qué sucedió y debemos exigir que nos lo cuenten. Eran seres humanos, como todos nosotros, solo que nacieron en países donde es difícil sobrevivir y su instinto les empuja a buscar una vida más digna.

Quizás nunca sepamos sus nombres, ni su historia. Solo conocemos su triste final.

No dudéis que se volverá a repetir. Tardará más o menos, pero quien no tiene nada que perder, piensa que solo tiene una carta, su VIDA y tampoco le importa arriesgarla, porque hace mucho que la perdió malviviendo entre los bosques que separan una alambrada y un dique.

Hoy todos hablan de ellos. En siete días nadie lo hará. Esta es la sociedad del progreso, el primer mundo, donde tenemos a las puertas la miseria y la pobreza de quien habita en él. Donde también se muere, por no poder soportar más el sufrimiento y uno no decide lanzarse al mar. Decide morir porque ya no puede vivir. De esas muertes también se debería hablar.

"La gente tiene más temor a la muerte que al dolor. Es extraño que teman a la muerte. La vida duele mucho más que la muerte. Cuando la muerte llega, el dolor termina". Jim Morrison.


tumejordiaeshoy



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