A la casa de Joaquín llegan pocas cartas.
Solo facturas. Esta semana llegó una del Ministerio de Empleo y Seguridad Social.
En el bar dónde todas las tardes echa la partida ya le avisaron sus amigos. Esa
carta anunciaba a la subida de pensión para el 2014.
Joaquín no abrió esa carta. Sigue
encima de una pequeña mesa en la entrada a la casa. Joaquín tiene 89 años y un
corazón muy delicado, y operado. Vive con su hija Montserrat, separada y con un
hijo, que volvió al pueblo después de perder su trabajo en Gerona y
no encontrar otro, tiene 55 años y su hijo 28, también junto a ellos está
Joaquín hijo, de 53 años, parado ya desde un año que no recuerda, cuando
cerró la fábrica más grande del pueblo, de materiales para la construcción. Es
soltero. Todos viven de una pensión.
Joaquín está cansado y triste. Sabe
que no puede morirse. Hay una frase que siempre ronda por su cabeza y a veces
se le escapa "si me muero que será de vosotros”. Esa es su angustia.
Atrás quedaron los años, cuando todavía vivía su esposa Montserrat y
viajaban con el IMSERSO, años tranquilos. Sus hijos estaban bien. Todo iba bien.
Ahora él sabe que debe seguir viviendo para que su familia pueda vivir, y ese
es demasiado peso para él.
Cada tarde en el bar se desahoga con
quienes están en su misma situación, jugando la partida al dominó, ya sin café
de compañía. No se puede. Y vuelve a casa con ese pensamiento de que todo
depende de su salud. A Joaquín le robó su infancia la
guerra y su vejez la "crisis”. Así se sienten los mayores de nuestro país.
Robados
Es una historia real, como otras,
porqué esta es la realidad, triste y angustiosa realidad. Y no queda otra que
seguir.
Para las personas como Joaquín y su
generación habría que hacerles un monumento a la resistencia. Son fuertes, las
circunstancias de su vida les hicieron así. Pasaron hambre de niños y ahora
deben administrarse mucho para no pasarlo. ¡Qué injusto!.
Joaquín y todos los pensionistas de
España se merecen una vejez tranquila, y no la tienen. Muchos lloran.
Para otro año ahórrense mandar una
carta hiriente y el dinero que les ha costado al Gobierno ese envío, lo
revierten en el bienestar de los mayores que son quienes sostienen a su familia
con su modesta pensión. Tienen dignidad.
tumejordiaeshoy
¿Qué comentar a tu crónica? Pues nada que poco a poco estos revulsivos y asquerosos individuos que rigen los destinos de muchas personas, sinceramente no se merecen vivir, así de claro, no tienen ese derecho, no, no lo tienen son verdaderos genocidas y un genocida no merece vivir
ResponderEliminarBravo, ahora esta muy de moda decir "zas en toda la boca" así es como yo lo veo. Un abrazo a rompe costilla.
ResponderEliminarMi padre también recibió esa carta, y la abrió, la leyó y me comentó la "alegría" que le daba que le subieran la pensión esa miseria. En la carta le anunciaban la mísera subida, pero se olvidaban de explicarle que esos escasos euros hacían que subiese un peldaño en la retención del IRPF, por lo que la subida se transformaba mágicamente en bajada. Eso no lo explicaba la ministra. Mal rayo le parta, me dijo.
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