La importancia de las palabras,
escritas o habladas con toda su riqueza de vocabulario, que hace que debamos
buscar entre todas ellas la más adecuada en cada momento.
Hablar sin herir al otro. Si herimos
hacemos mal uso del lenguaje, lo utilizamos como arma y es muy dañina. Juzgar,
sin saber. Ofender para no seguir hablando.
El hombre, tiene el don del habla
para poder expresar sus sentimientos, sus conocimientos, sus pensamientos y
socializarse compartiendo, todo ello con los demás.
Recuperemos las palabras. Buscar el
tiempo para conversar y enriquecernos. No existe verdad absoluta. Abrir nuestra
mente a través de los sentidos, y ponerle palabras que construyan frases.
"No se que decirte".
¿Cuántas veces habéis escuchado esa frase?. Que pobreza. Siempre hay algo que
decir. Solo hay que buscar que sea lo correcto a esa situación.
Hablar nos comunica, nos
libera. Poder expresar que sentimos y tener a nuestro lado quien nos escuche con
atención y más en momentos difíciles, nos ayuda a seguir el camino de la vida.
Huir de quien utiliza la
palabra para mentir, crear tensiones, juzgar o enfrentar, dejar que
hablen con los afines a ellos.
Recuperemos las palabras, para
entender, empatizar y construir. Hoy más necesario que nunca.
Encontrar tiempo para una tertulia
con amigos, buscar un tema que debatir, expresar la diversidad de
opiniones. Escuchar.
Hay otro tiempo para la palabra
escrita. Deleitarse con un buen libro y ver como el tiempo se esfuma, porque has
quedado atrapado en las palabras, escondidas en sus paginas. Es tiempo de
recuperar las palabras.
"El papel más honroso en una
conversación corresponde al que da la ocasión a ella, y luego al que la dirige
y hace que se pase de un asunto a otro, pues así uno dirige la danza".
F.Bacon
tumejordiaeshoy
Qué razón tenía mi admirado sabio José Luis Sampedro, cuando decía que lo importante no es la Libertad, sino la Libertad de Pensamiento. Y yo añado sin libertad de pensamiento no hay opinión y si no hay opinión no hay palabras...
ResponderEliminarLa palabra sí tiene sentido cuando su fuente de origen es el sentimiento. Muchas palabras abandonaron esta conexión matriz para pasarse a la reacción, y en el sabotaje del sentir ajeno también consiguieron que hablar dejara de tener fundamento. Según lo embalado que vaya el interlocutor, es mejor acomodarse en el silencio e impedir que la corriente alterada de su interesado manejo del sinsentido te arrastre a un terreno en el que saqueará seguro todas tus fuerzas. Discutir con la ignorancia es una pérdida de tiempo: te atrae a un terreno que es donde siempre gana. Cuando el único interés de las palabras es el ruido, el silencio es el efecto sonoro más efectivo. La libertad es de pensamiento, pero también es de palabra y también es de obra. Y entre hablar y escuchar hay la misma relación que existe entre la comida y la deposición. Cuando se digiere mal, cuando se habla sin ser escuchado hay problemas de ruido. Cuando hay interés en que se digiera mal, mejor decir: paso. Las mentiras tienen las patas cortas.
ResponderEliminarUn placer leerte.