El nombre de un gran ser humano,
dedicado a los demás, conocido y querido en su país, por su dedicación y
trabajo al conocimiento e investigación, de un virus que le ha
costado su propia vida. Vivía y trabajaba en Sierra Leona, medico de
vocación de los auténticos, los que luchan por salvar vidas sin importarles el
agotamiento, porque no tienen tiempo que perder. No le dedicarán muchas
portadas a nivel internacional. Hay temas demasiado importantes para que la
prensa les dedique espacio, por eso el reconocimiento a un periódico español
que si lo ha hecho. Descansa ya en paz, mientras el ébola sigue avanzando.
El mismo reconocimiento a los
médicos y personal sanitario que atienden en condiciones precarias y sin apenas
medicamentos básicos, ni luz y agua, a los miles de heridos en Gaza.
Esos profesionales entregados día y noche que saben que si paran, las vidas de
algunos heridos se escapan de sus manos. Manos que curan con más cariño que
recursos, que están ahí, como el doctor Mads Gilbert , medico noruego que
invita al Presidente Obama a pasar una noche en Gaza. Y otros tantos que no
conocemos su nombre pero que dignifican la medicina.
Médicos de Hospitales Públicos en
España, que ven las urgencias colapsadas y dan lo mejor y mucho más de
ellos mismos, trabajando bajo presión y sin camas. Aquí faltan camas. Están en
plantas cerradas y desocupadas. Los enfermos en pasillos y sumando día a día el
poder ocupar una cama en planta de cualquier hospital público, donde se hace más
patente en Cataluña.
Un enfermo o herido este donde este,
necesita "unas manos y un corazón”. Y quienes decidieron optar por la
medicina pública o de servicio a los demás, tienen esas dos cosas. Les
recortaran medios, les intimidaran, se enfrentaran a dificultades diversas,
pero cuando están atendiendo ven un ser humano que les necesita y eso dignifica
la profesión. Gracias a todos ellos, estén donde estén. Gracias.
tumejordiaeshoy
Precioso Eva y muy cierto
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