Quienes ayer vieron la
entrevista al Presidente de Uruguay, José Mújica, se fueron a dormir con la
serenidad que da escuchar a una persona con sabiduría y coherencia. Una persona
que vive como siente y siente lo que piensa, de ahí la coherencia. También impactaba
su sencillez, su forma de entender la vida y vivirla, sin ostentación rodeado
de dos perros y una maceta donde plantó cebollas y tomates. Dándonos lecciones
de vida "sobria" pero digna, con lo necesario para vivir. ¿Para qué
más?, como dijo él en un momento de la entrevista.
Otra manera de organizar el mundo es
posible. Pero muy complicada, por la resistencia que oponen las élites que
controlan el mundo. Por eso el cambio debe empezar en cada uno de nosotros. Un cambio
de vida. Un cambio de consumo. Un camino diferente para ser felices, porque la
felicidad no se puede comprar.
Se está acabando un ciclo para la
humanidad y el que no lo quiera ver, está ciego y preso del pánico. ¿A dónde no
lleva el capitalismo voraz?. A la pobreza. Así lo vemos en demasiados
países. Todos los cambios producen resistencia, vamos a lo desconocido.
Pero vivimos peor, estamos peor y seguiremos por ese camino, si no cambiamos
nosotros mismos.
El Presidente Mújica habló de la
soledad de 7 años sin poder leer y eso le hizo adentrarse en sí mismo, conocerse.
La soledad no te lleva a la locura, muchas veces te lleva a la autenticidad de
lo más importante estar vivo y vivir la vida. Como el dijo se puede
empezar una y mil veces, no sentirse derrotado porque cada uno de nosotros
tenemos una fuerza interior que algunos todavía no la han descubierto. La
introspección es importantísima para producir un cambio en uno mismo y
desenmarañar la tela donde el consumo nos tiene atrapados. Ahí nos quieren. Sin
libertad.
Creo que hoy es un buen día para
revisar la vida de cada uno e ir desprendiéndose de lo superficial para empezar
a integrar lo auténtico.
Gracias Sr. Presidente por su
lección ayer de filosofía aplicada al devenir de la vida. Muchas gracias
y que viva usted muchos años más.
Qué envidia no tener un Presidente así. Envidia, se entiende que envida sana, con coherencia
ResponderEliminarYo quiero uno así para España
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